Tras la maravillosa experiencia del pasado año al viajar con la peque de la familia, este año decidimos realizar una nueva ruta en bicicleta. Yaiza con cerca de dos años y medio le encanta la bicicleta, así que ello nos anima a emprender una nueva aventura y escoger una ruta fácil en el que el protagonista sea el contacto con la naturaleza y los contrastes. Acertamos de lleno.
Este año nos decantamos por la ruta del Parque Nacional de Hohe Tauern en Austria. Este parque es uno de los más grandes de Europa central, con cimas como el Großglockner, la montaña más alta de Austria, grandes glaciares y las impresionantes cataratas de Krimml, una de las más altas de Europa. Que no os asuste esta descripción, es una ruta fácil, con alguna pendiente y además se puede disfrutar del encanto de la ciudad Salzburgo y alternar la bicicleta con diversas actividades.
Al finalizar la ruta decidimos hacer una extensión al lago Attersee. Nos gustó mucho el año anterior, pero al pasar sólo una noche quisimos repetir la experiencia y hacer un par de noches más para disfrutar de las vistas y el entorno del lugar.
A continuación detallo el viaje en bicicleta realizada por etapas:
Llegada a Salzburgo vía Munich.
Día 1: Salzburg – Krimml
Día 2: Etapa en bicicleta: Krimml – Mittersill (33 km aprox)
Día 3: Etapa en bicicleta: Mittersill-Zell am See (35 km aprox)
Día 4: Etapa en bicicleta: Zell am See.
Día 5: Etapa en bicicleta: Zell am See – Lofer (45 km aprox)
Día 6: Etapa en bicicleta: : Lofer– Salzburg (56 km aprox)
Día 7: Etapa en bicicleta: Salzburgo-Attersee (50 km aprox)
Día 8: Attersee. Excursión a Bad Ischl
Día 9: Etapa en bicicleta: Attersee-Salzburgo (50 Km aprox)
Os dejamos unas imágenes sobre la ruta. Espero que os gusten
Para emprender nuestra ruta en bici con energía, desayunamos tranquilamente en el hotel. Sobre las 10.30 vinieron con las bicicletas para ajustárnolas, con la sillita y el tráiler de Yaiza, y comprobar que todo iba bien. Sobre las 12.00 horas vinieron a recogernos en un microbús y, tras recoger a alguna persona más por el camino, llegamos a las 15,30 aproximadamente a Krimml.
El hotel se encuentra ubicado en un sitio encantador y con unas vistas espectaculares de las famosas cataratas de Krimml, que con una caída de 380 metros es una de las más altas de Europa.
Tras instalarnos, comemos en la terraza del hotel disfrutando del paisaje y rodeados de animalitos. Yaiza se lo pasó pipa jugando en los columpios y viéndolos de cerca mientras esperábamos la comida.
Tras reponer fuerzas nos dispusimos a ver más de cerca las cataratas que se encuentran a tan solo 15 minutos andando del hotel. Hacía calor, pero conviene llevarse algo de abrigo ya que la temperatura baja por la noche. No llevábamos idea de subir, ya que íbamos con el carrito de Yaiza y era muy empinado y camino de tierra, en una palabra había que hacer piernas y no queríamos machacarnos para el día siguiente, pero la verdad es que el paisaje nos animó.
José, padre consciente, decide bajarse al hotel y quedarse con Yaiza jugando, y nosotras comenzamos a subir. Algunos tramos eran muy, muy empinados. Al final llegamos a la cima sobre las 19.30 horas.
Las vistas eran impresionantes. Tras hacer varias fotos, decidimos bajar ya que se nos estaba haciendo de noche y no íbamos muy preparadas. Tardamos unos 45 minutos en bajar.
Yaiza se lo estaba pasando de miedo en un cuarto de juegos que habían encontrado, pero enseguida nos pusimos en marcha ya que era tarde y teníamos mucha hambre. Como siempre, nos cuesta acostumbrarnos al horario europeo y la cuestión es que todo estaba cerrado, hasta el restaurante del hotel.
¡Volvimos a caer! No estábamos en España, sino en un pueblecito encantador en medio de la nada donde se cena a las 6 de la tarde. Afortunadamente encontramos una pizzería cerca de la iglesia donde estaban prácticamente cerrando, el cocinero estaba tomándose un refresco en la terraza.
Al ir con la niña y ver que eramos españoles nos dijo que lo único que nos podía hacer era unas pizzas. ¡No sabíamos cómo agradecérselo! ¡Nos supieron a gloria, estaban buenísimas! Tras esa merecida cena y cansados nos fuimos a dormir, mañana empezábamos la ruta con bicicleta y teníamos muchas ganas.
Tras desayunar y arreglar un par de problemas que tuvimos con las bicis salimos sobre las 11.00 de la mañana. Teníamos que ir de nuevo hacia las cataratas, ya que es allí donde empieza la ruta en bicicleta del Parque Nacional de Hohe Tauern.
El día anterior ya habíamos visto la señal de la ruta, llamada aquí “Tauernradweg”. Ahora sólo había que seguirla, 175 Km por delante.
La salida es genial, cuesta abajo, cruzando un bosque y junto al río Salzach. Es una sensación reconfortante, de libertad. Hace un día estupendo y el paisaje es precioso. ¡Qué mejor manera de empezar nuestro viaje en bicicleta!.
Una vez salimos de la zona boscosa, enlazamos en Vorder con el carril bici. Unos kilómetros más adelante, llegando a Wald, empezamos a tener algún repecho de vez en cuando. Íbamos preparados ya que en la guía de Esterbauer vienen bien marcadas. No son demasiado duras, pero el calor no ayuda. A la altura de Rosental cruzamos el río y las vías del tren, volvemos a cruzar por un bonito bosque y luego por un par de pueblecitos.
Un viaje en bici repleto de aventuras, paisajes únicos y experiencias inolvidables
Antes de volver a cruzar el río en esta emocionante ruta en bici, nos desviamos hasta Schütthof para acercarnos a ver las cataratas de Untersulzbachfall que se observan desde el carril bici. Las vistas son preciosas y es una delicia el paseo.
Nada más cruzar el pueblo vemos aparcadas unas bicis, a partir de ahí hay que acceder andando. La peque del grupo iba durmiendo y, el día anterior habíamos subido a las de Krimml, así que preferimos volver al pueblo y tomar un refresco.
Es genial ya que estaba lleno de juguetes. Un paraíso para Yaiza que, cuando se despierta, empieza a jugar con todos ellos.
Tras reponer fuerzas nos dirigimos a Neukirchen y Bramberg. Queríamos cruzar el río para coger la ruta alternativa (Salzach-Radweg), para evitar los repechos, pero se nos pasó, no vimos la señalización, así que nos toca sufrir un poquito con los repechos, que no son muy duros, pero el calor…
Al pasar por Bramberg vemos que hay un poco de ambiente. En invierno debe de estar a tope, es una de las numerosas estaciones de esquí de la zona. La ruta está llena remontes.
En Hollersbach decidimos parar a comer, pero no pudimos, seguimos con la hora española y todo esta cerrado, así que continuamos hasta Mittersill. Allí encontramos una plaza muy animada y comimos muy bien.
Sobre las 18.00 horas llegamos a Stuhlfelden. El hotel es muy acogedor y, tras ducharnos nos dirigimos al jardín del hotel donde decidimos cenar, cosa que fue un acierto. La hija del dueño hablaba español. Nos sentíamos como en casa.
Aquí os dejamos algunas imágenes más sobre este trayecto.
Hoy salimos a las 9.15 horas. La ruta en bicicleta comienza con una cuesta. Pasamos por Pirtendorf hasta llegar a Uttendorf. Otra vez nos pasamos el desvío para acercarnos a Freizeitanlage en Uttendorf, una zona de ocio con posibilidad de baño. No nos convenció mucho y decidimos continuar.
Llegamos a Kaprun sobre las 11.30 horas y paramos en una zona recreativa donde la peque disfrutó como una enana. Siempre me han gustado las áreas de descanso con zonas de juego para los niños que te vas encontrando a lo largo de las diferentes rutas en bicicleta que se pueden realizar en Austria.
Siempre pensando en los niños, y también en los adultos, ya que siempre al lado hay algún chiringuito donde tomarte una buena cerveza fresca. ¡Es genial!
Aprovechamos para ir a un supermercado para prepararnos la comida.“Tauernkraftwerk”, embalses alpinos de Kaprun; el Moorserboden y el Wasserfallboden, espectaculares embalses a los que se puede acceder con un gran ascensor inclinado, el más grande de Europa a 2000 metros de altura. Aunque no esta lejos resultó un poco complicado llegar al centro de visitantes. Al final no decidimos subir, Yaiza estaba dormida, y para que la visita valiera la pena se necesitaba mucho tiempo, así que aprovechamos para comer por la zona, descansar y volver a coger la bicicleta para continuar directamente hasta Zell am see. Llegamos a las 15.30 horas y nos encantó.
Había mucho ambiente, así que tras la merecida ducha nos dispusimos a visitar el pueblo, pero antes nos acercamos a la oficina de turismo para programar las actividades del día siguiente. Íbamos a aparcar las bicicletas y había que aprovechar la escala técnica de nuestra ruta cicloturística.
Hoy dejamos las bicicletas aparcadas. Cuando organizamos nuestra ruta en bicicleta por el Parque Nacional de Tauern, decidimos hacer una parada, sobre todo pensando en Yaiza, por si se cansaba de la bicicleta. Tras estudiar las posibilidades, la mejor opción fue hacerla en Zell am Sea. ¡Todo un acierto!. Así que hoy toca descubrir esta zona a pie y con los medios de transporte locales.
A las 9.20 de la mañana cogemos un autobús para ir al Glaciar de Kitzsteinhorn, es la primera zona de esquí en un glaciar de Austria y promete ser entretenido. Llegamos sobre las 10.00 de la mañana, sacamos las entradas y nos dirigimos a coger dos funiculares hasta “Alpinecenter” a 2450metros. La ascensión es increíble y al llegar nos encontramos con un parque infantil con unas vistas impresionantes. Tras deleitarnos un buen rato, sobre todo Yaiza, cogemos el tercer funicular para llegar al punto más alto a 3.029 metros. Subimos a una de las plataformas panorámicas llamada “Top of Salzburgo”, donde nos hacemos varias fotos, y disfrutamos de las espectaculares vistas. En esta plataforma hay un punto fotográfico desde el cual te puedes hacer de forma automática fotos.
Al llegar a casa entras en la página oficial del Glaciar de Kitzsteinhorn y te las puedes descargar, aunque con toda probabilidad, saldrá algún espontáneo en ellas. Tras la sesión fotográfica, nos dirigimos al “Cinema 3000” , un pequeño cine con una pantalla enorme, para ver un documental de la zona, ¡Espectacular!. Yaiza se quedó fascinada. La siguiente parada es el “Ice Arena” una lengua del glaciar donde la diversión está garantizada para toda la familia. Yaiza se volvió local, habían trineos. No solo la peque, sino también los mayores disfrutamos de lo lindo subiendo por la “alfombra mágica” y tirándonos con el trineo. Después fuimos a la cafetería a tomarnos algo caliente.
Tras un breve descanso disfrutando siempre de las maravillosas vistas fuimos a descubrir el “Nationalpark Gallery”, que resultó ser un túnel de unos 360 metros a través del pico de Kitzsteinhorn con varios puntos de información sobre el lugar. Al final del túnel se llega a otra impresionante plataforma panorámica.
Desde aquí las vistas del Parque Nacional de Hohe Tauern son preciosas y se puede ver el Grossglockner, la montaña más alta de Austria con 3.798 metros. La verdad es que este viaje en bicicleta asustaba en un principio por las altas montañas de la ruta, pero resultó ser todo un acierto. Las montañas eran para disfrutarlas con la vista y no con la bicicleta.
Sobre las 14.00 horas empezamos a bajar cogiendo los tres funiculares para coger el autobús de las 15.08 horas y así llegar a Zell am See a las 16.40 horas, buena hora para disfrutar del solecito y el calor, tras el frío de las alturas. La idea era cambiarnos en el hotel e ir a la «playa», para darnos un baño en la zona de ocio del lago Zell.
La zona recreativa está muy bien. Además de toboganes, tumbonas y demás infraestructuras tienen una pequeña piscina artificial para los más pequeños, Yaiza lógicamente se fue de cabeza en cuanto lo vio. Los mayores preferimos lanzarnos a las aguas del lago Zell. ¡Una gozada! Bañarse en el lago con las espectaculares vistas de las montañas nevadas. ¡Vaya contraste!
A las 18.30 horas se va el sol y de camino al hotel, Alicia y Almudena deciden continuar y nosotros tres preferimos dar un paseo en barco por el lago, ¡una idea genial!, nos divertimos muchísimo. Tras el paseo, al hotel, una ducha rápida y a cenar en una terraza del pueblo. Había sido un día de contrastes, fue todo un acierto. La nieve, el frío, las espectaculares vistas de la mañana y el calor, el agua, el sol de la tarde… ¡sin palabras!, escenas que se quedan en la retina, esas sensaciones que siempre acompañan al viajero, así que esa noche celebramos el día tan completo que habíamos tenido.
Aquí tenéis más imágenes de ese día.
Esta ruta en bicicleta estaba siendo toda una experiencia y al día siguiente nos esperaría otra estupenda etapa en bici dirección a Lofer.
Hoy salimos un poco más tarde, sobre las 10.30 horas. Hoy el día también acompaña. La salida del Zell am See es muy agradable, rodeando el lago. Nos dirigimos dirección a Maishofen.
Al llegar a Gerling tenemos dos opciones, escogemos la del carril bicicleta en dirección a Ruhgassing hacia Almdorf. Nos encontramos con algún repecho que otro, pero vamos bien. Una vez cruzamos la carretera tenemos una cuesta más pronunciada.
Llegamos a Rain y vemos una señal dirección a Ramseiden hasta Saalfelden, para continuar hasta Weisbach uno de nuestros objetivos del día.
Esta parte de la ruta es una pasada, es una zona boscosa, más bien cuesta abajo por camino de tierra, pero muy agradable. En este trayecto casi no hablábamos, íbamos cada uno inmerso en nuestras cosas, pero disfrutando de la ruta en sí. Una vez llegamos a Weisbach lo comentamos, fue fantástico. Ya estábamos cerca de Vorderkaser, nuestro destino para comer, así que decidimos comprar todo lo necesario para hacer un buen picnic.
Habíamos leído que era una zona habilitada para el baño y es una de las cosas que siempre nos ha gustado, sobre todo en días soleados como el que teníamos. Comer cerca del río, poder refrescarte y hacer una siesta era todo un lujo para nosotros, así que decidimos que era la mejor opción para comer.
Tras abastecernos, cruzamos la carretera y a unos 3 km vemos nuestro desvío a la izquierda. (Vorderkaser). Es un camino de tierra y cuesta arriba. Sólo quedan 2,5 km, pero son cerca de las dos y hace calor. Se hace un poco duro. A lo largo del camino vemos un aparcamiento, y gente con mesas cerca de las pozas, (piscinas naturales), que iban apareciendo según avanzábamos. La gente estaba disfrutando de un chapoteo y daban ganas de pararse allí mismo, pero continuamos… Al final llegamos y como siempre tuvimos nuestra recompensa… que afortunadamente superaba nuestras expectativas … ¡un chiringuito!.
Aparcamos en un sitio habilitado para las bicicletas y lo primero que hicimos fue ir directamente a por unas cervezas bien frescas, ¡que bien saben!. Tras relajarnos en la terraza, nos acercarnos andando al río para buscar una zona agradable, comer y refrescarnos. Yaiza se lo pasó pipa, se puso sus escarpines y !al agua patos!, y los adultos hicimos lo propio. Tras descansar un rato decidimos hacer la excursión prevista… ir a Vorderkaserklamm, un desfiladero declarado monumento natural en 1977, que se encontraba muy cerquita.
José se quedó con la peque ya que no era apto para ella y los dos se quedaron jugando en el río mientras nosotras decidimos subir. La entrada nos costó 3,5€. Es muy chulo y vale la pena, pero hay que subir una buena cuesta y luego bajar y subir numerosos peldaños. Hace unos 13,000 años, en la última glaciación el hielo se deshizo y el río Ödenbach empezó a modelar la dura roca año tras año, a una media de 6 mm al año.
Hoy en día la garganta tiene alrededor de 400 metros de largo y 80 metros de profundidad, con unos 6 metros de ancho en la parte superior y unos 80 cm en el fondo. Un total de 51 puentes y 35 pasarelas con 373 escalones… Hicimos más de ejercicio de lo previsto, pero lo pasamos muy bien.
Sobre las seis nos ponemos en marcha, era un poco tarde, pero nuestro hotel ubicado en St Martin no esta lejos, a unos 7 km aproximadamente.
El pueblo es muy pequeño y el hotel esta un poco aislado, pero el entorno es maravilloso. El hotel tiene piscina climatizada, así que no lo pensamos dos veces, todos nos pusimos el bañador y nos dimos un chapuzón. Tras la pertinente ducha y cambiarnos de ropa nos dirigimos al restaurante que tenía una pinta muy agradable. Ese día había preparado una especie de buffet de ensaladas al aire libre y nos unimos a él, luego pedimos sobre carta y una botella de vino para comentar las sensaciones del día y echarnos unas risas. El servicio fue muy bueno. ¡Qué mejor manera de terminar el día!, ¡Otro día perfecto!
Hoy nuestro viaje en bicicleta por el Parque Nacional de Tauern llega a su fin, con lo cual los carriles bici, sobre todo al final, dejan de ser tan bucólicos conforme nos vamos acercamos a la ciudad de Salzburgo. La ruta transcurre por bosques, pero también tenemos algo de carretera con un poquito de tráfico, pero sin problemas. También pasaremos por Alemania, pedaleando alrededor de unos 20 km aproximadamente.
Tras desayunar nos preparamos, el sol nos vuelve a acompañar, así que montamos las alforjas, nos subimos a la bicicleta y nos dirigimos a Lofer que se encuentra a poco más de dos kilómetros. Llegamos a Maurach y entramos en una zona boscosa sin asfaltar junto al río Saalach, es cuesta abajo y muy bonito. El trayecto de Unken pasando por Niederland hasta Schicher es por carretera y con algo tráfico, unos 3 km aproximadamente, después retomamos el carril bici sin asfaltar, al lado del río y con alguna cuesta. No es demasiado dura, pero con el calor se acentúa el esfuerzo. Sin darnos cuenta estábamos en Alemania.
Al llegar a Sichler decidimos tomar el camino alternativo por el margen derecho del río, para evitar ir por carretera y así su consecuente tráfico, además es la que se aconseja en la guía. Este desvío tiene el inconveniente de que cuenta con diversas subiditas y en más de una ocasión alguna tiene que bajar de la bici y subir andando mientras se disfruta, eso sí, de la zona que es espectacular. Esto también demuestra que debemos hacer más ejercicio durante el invierno, :). La que mejor se lo pasa es Yaiza, en su carroza (trolley) ya que ve muy divertido los baches y las subidas… ¡más papá, más!.
Justo antes de llegar a Fronau debemos cruzar el río, por un puente con un poco de tráfico, pero son unos pocos metros, ya que enseguida enlazamos de nuevo con el carril bici. En Fronau realizamos una parada técnica en un chiringuito. Tras reponer fuerzas continuamos por el margen izquierdo del río hasta llegar a Bad Reichenhall,uno de los destinos más populares de Baviera en lo que a Balnearios se refiere, sobretodo por sus aguas medicinales muy ricas en sal, el secreto de su éxito. Nada más entrar, vemos que esta ciudad tiene mucho movimiento, los carteles de la ruta cambian y se mezclan con otras rutas, hay que estar atentos.
Aparecen muchas señalizaciones de carriles bici, pero no la que queremos tomar hacia Salzburgo. Nos despistamos un par de veces, pero al final conseguimos llegar a una oficina de turismo y allí ver todas las señalizaciones más claras. El centro de la ciudad tiene su encanto. Al final cogimos la ruta de la izquierda, la alemana, la que pasa por Weisbach y Marzoll.
A partir de aquí volvemos a entrar en Austria y dejamos a nuestro compañero de viaje el río Saalach, el cual continúa como frontera natural entre Alemania y Austria hasta alcanzar el río Salzach. La ruta hasta Salzburgo esta muy bien, además empezamos a vislumbrar la ciudad a lo lejos y su señal de identidad, la imponente fortaleza Hohensalzburg, nos ayuda a orientarnos.
Una vez pasamos el pueblo de Viehhausen vemos una señal que pone “zentrum”. La seguimos hasta llegar a la centrica plaza de Mozart y desde allí cogemos el carril del río Salzach que nos lleva directamente hasta nuestro hotel. Ruta conseguida!!!!,…. pero no es el final de nuestro viaje en bicicleta. Decidimos hacer una extensión al lago Attersee, donde ya estuvimos el año anterior, pero nos supo a poco y queriamos repetir la experiencia haciendo un par de noches allí. Así que a dormir y prepararnos para ir…
al lago Attersee!!!!!
Hoy el sol brilla de nuevo. ¡Hay que aprovecharlo!. Tras desayunar nos ponemos en ruta, aunque algunos se llevan lo desayuno puesto, Yaiza siempre lleva algo consigo.
El río Salzach que cruza la ciudad de Salzburgo lo tenemos a un par de calles de nuestro hotel. Una vez allí cogemos el carril bici que nos acompaña unos pocos kilómetros a nuestra izquierda. Delante vemos el puente de la autopista que lo cruza y ello nos sirve de referencia, ya que un poco antes de llegar tenemos que coger el desvió a la derecha dirección a Itzling.
Cruzamos un pequeño puente y nada más doblar nos encontramos el río Alterbach a la derecha, que se convierte en nuestro nuevo compañero de viaje. A pocos kilómetros dejamos el río para dirigirnos hasta Eugendorf. El paisaje va variando; zonas de campo abierto con zonas boscosas que se agradecen, ya que el sol aprieta y la sombra es siempre bienvenida. La ruta es cuesta arriba, pero muy suave. Al llegar a la iglesia de Eugendorf hay que doblar a la derecha, nos acordábamos de la ruta que hicimos el año anterior, la ruta de los lagos (Salzkammergut), pero preguntamos para asegurarnos, ya que está todo en obras y el cartel que debe señalar el desvío había desaparecido. Nada más doblar, tenemos una cuesta hacía abajo y vemos otra señal que nos asegura que vamos bien, dirección a Thalgau. Pasamos por debajo de una carretera a través de un túnel para cruzarla y continuar hacia Thalgau.
La subida sigue siendo continua, campo abierto y pasando por pequeños pueblos. Justo antes de llegar a Utterdorf tenemos una cuesta más pronunciada y después una bajada con la que disfrutamos mucho. Llegamos a Thalgau donde decidimos hacer una parada técnica. Justo enfrente tenemos un supermercado donde aprovechamos para comprar algo para comer.
La idea es llevarnos unos bocadillos para parar en el lago Mondsee y disfrutar de un merecido baño. Continuamos nuestro viaje en bici disfrutando del trayecto, el camino es llano, con algún repecho en St. Lorenz. A esta altura llegamos a una carretera más transitada, pero con carril bici donde ya empezamos a disfrutar del espectacular lago Mondsee. Doblamos a la derecha en dirección a Scharfling, y decidimos parar cerca de Plomberg, ya que en la guía viene marcado como zona de baño privado y público. Decidimos investigar la zona, ya que vemos gente que llevan utensilios de “playa”, lo que demuestra que estamos cerca. Bajamos por un camino y al final vemos la zona, que desde luego está muy bien montado. A orillas del lago hay una zona acotada para socios, pero también hay una pública que cuenta con un chiringuito con baños donde te puedes cambiar de ropa, cosa que rápidamente hicimos. Tras pedir algo de beber, buscamos un sitio donde poner las toallas y lanzarnos al agua. ¡Era perfecto!, Nos lo pasamos genial. Existen unas escaleras de metal para poder acceder al lago, como si fuera una piscina gigante.
Tras el merecido baño, decidimos comer y descansar un poco, bueno Yaiza prefiere jugar con Almu, la siesta ya la hará en su “trolley de princesa”. Tras cambiarnos de ropa, sobre las cuatro salimos bordeando el lago siguiendo el carril bici. Al final del lago hay un desvío dirección Unterach, un poco más adelante nos encontramos con un túnel, que cruza el monte y también con carril bici. Antes de entrar paramos y nos pusimos algo de ropa, ya que tras tanto calor, dentro hace fresquito y los cambios de temperatura no son buenos para algunos.
Al salir del túnel y avanzar un poquito nos encontramos con el lago Attersee, otro espectáculo para la vista.
Seguimos un poco más hasta encontrar nuestro hotel sin dificultad a orillas del lago. Su construcción es la típica de la zona hecha en madera y tiene unas áreas comunes que son para disfrutar y lo mejor a orillas del lago Attersee. Tras dejar las bicicletas en el garaje no dudamos en darnos otro baño en el lago.
Enfrente del hotel tenemos el embarcadero y al final unas escaleras para poder zambullirte en el agua ¡Una pasada! ¡Sin palabras!.
Luego ducha y cena en la terraza del hotel con vistas al lago. ¡Qué mejor manera de acabar el día!. Mañana nos dedicaremos a conocer la zona. ¿Vienes?
Hoy nos despertamos un poco decepcionados. Tras haber tenido todos los días un sol intenso hoy está completamente nublado y lloviznando, así que tuvimos que cambiar de planes y decidimos aparcar las bicis y buscar un plan alternativo.
Nos fuimos a la oficina de turismo y tras informarnos de las diferentes opciones decidimos acercarnos a Bad Ischl. Había un traslado, en este caso en una mini van que salía a las 11,00 horas desde Unterach El traslado duraba unos 30 minutos, así que a las 11,30 ya estábamos en la ciudad. El día no acompaña demasiado, pero la lluvia parece que da un poco de tregua. Bad Ischl es una ciudad balneario, y cuenta con baños medicinales, aguas termales y un balneario de aguas salinas, el más antiguo de Austria. Esta rodeada por el río Traun y donde el Emperador Francisco José I y su esposa Sissi tenían su residencia veraniega, el KaisserVilla o Villa Imperial.
Como siempre hacemos, nos acercamos a la oficina de turismo, Aubockplatz. y tras informarnos dimos una vuelta por esta bonita ciudad, visitamos los alrededores del Kongress & Theater Haus y sus jardines, donde Yaiza disfrutó de lo lindo disfrutando con la explosión de colores que ofrecían sus flores.
En este edificio se celebran numerosos eventos, siendo muy conocido el “Féstival de Lehár” que tienen lugar en julio y agosto atrayendo a los amantes de la opereta. Franz Lehár fue un famoso compositor, nacido en Eslovaquía, pero tenía una casa de campo en Bad Ischl, la “Villa Lehár” donde vivió durante la II Guerra Mundial y escribió muchas de sus famosas obras. En Bad Ischl dejó todo su legado, manuscritos, composiciones…donde murió y fue enterrado.
Como llovía aprovechamos para otra de nuestras aficiones ir a la famosa pastelería Zauner abierta desde 1832. Tras un chocolate caliente y un rico pastel volvimos a recorrer las bonitas calles de Bad Ischl y donde de vez en cuando vemos las aguas del río Traun.
La verdad, es que a pesar del día había muchísimo ambiente, ya que no solo se celebra el festival de Lehar, sino que el día 18 de agosto se celebra la “Fiesta en honor al emperador” para conmemorar el nacimiento del emperador Francisco José I y durante varios días hay diversas actividades, deslucidas hoy por el tiempo, pero para los lugareños acostumbrados a estos cambios de tiempo no les amedranta y disfrutan, así que como dice el refrán. “donde fueres, a lo que vieres” y eso hicimos, disfrutar de esta bonita ciudad y Yaiza la primera que con el paraguas parecía una pequeña seta andadora, se lo pasó pipa.
Aprovechamos que empezaba de nuevo a llover para buscar un sitio agradable y comer, después el tiempo dio un poco de tregua y continuamos viendo esta ciudad. A las 16,25 decidimos coger el traslado de vuelta en el punto de encuentro, el Bahnhof, la estación de tren. Al llegar a Attersee, no paraba de llover y la verdad es que resultó bonito, bucólico y no paró de hacerlo hasta la noche. Estuvimos en la bibilioteca del hotel con unas hermosas vistas del lago era una sensación indescriptible que todavía hoy recuerdo con nostalgía, fue genial.
Mas tarde decidimos cenar y acostarnos para salir temprano al día siguiente hasta Salzburgo.
Hoy al asomarnos por la ventana comprobamos que el tiempo varia con una facilidad abrumadora. Hoy el sol vuelve a brillar, tras desayunar nos damos un último paseo por Attersee y por un mercadillo que habían puesto y seguidamente nos ponemos en ruta con la bici para regresar a Salzburgo, queríamos llegar pronto y aprovechar para realizar nuestra última visita, esta vez al Palacio Hellbrunn y concretamente para ver su principal atractivo, el tour de las fuentes y juegos de agua.
Volvimos por el mismo camino que a la venida y paramos en Thalgau, en una terraza céntrica. Tras reponer fuerzas nos pusimos en marcha y aprovechamos que Yaiza dormía la siesta en su trolley para ir directamente a Salzburgo sin parar.
Llegamos sin ningún problema al hotel, ya conocíamos el camino, nos despedimos de nuestras bicicletas, compañeras inseparables de viaje, dejándolas en el garaje, nos duchamos y rápidamente nos fuimos a coger el autobús número 25 en la estación, muy cerquita del hotel para ir al Palacio Hellbrunn que se encuentra a las afueras de la ciudad, a unos 20 minutos.
El último pase era a las seis y llegamos justo a tiempo, con lo cuál no tuvimos que esperar. La visita es en inglés y muy “fresquita”, dura aproximadamente unos 40 minutos, es increíble ver las maravillas arquitectónicas del renacimiento y como algunas de ellas cobran vida gracias a la fuerza del agua.
Tras la visita dimos una vuelta por el parque, pero empezaba a anochecer y hacía fresquito, así que decidimos bajar a Salzburgo, buscar un sitio agradable para cenar y brindar por otra fantástica ruta que había terminado superando nuestras expectativas y eso es lo mejor de hacer un viaje en bicicleta por Europa.
El Parque Nacional Tauern nos había sorprendido por su variedad paisajística y espectacular… habíamos disfrutado de cataratas, glaciares, trineos, paseos en barca, animalitos y como no de cultura, siempre conviene dejarse un par de días para disfrutar de bonitas ciudades como en este caso Salzburgo, nosotros lo hicimos el año anterior y no defrauda en absoluto. Ahora a pensar en la próxima ruta en bicicleta, pero Yaiza, la peque es la que marcará el ritmo y la ruta. !Seguiremos contando nuestras experiencias! ¡Hasta la próxima!
Deje su comentario